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Todos los días tenemos la oportunidad de triunfar sobre cualquier obstáculo, tener esa sensación maravillosa de bienestar y regocijo que se desprende de la victoria sobre aquello que nos podía perjudicar o aquello que era un reto, tener la convicción de que actuamos con el objetivo de lograr un resultado satisfactorio y que no sólo logramos, sino que además fue con toda la legitimidad del caso. ¡Eso es vencer! Vencer significa que hemos triunfado sobre aquello que nos tentaba, vencer significa que somos responsables de nuestros actos, vencer significa que no vamos a desistir hasta alcanzar la meta que nos hemos propuesto. De manera que vencer, debe ser también el resultado de nuestro compromiso, integridad y fe hacia el único Dios verdadero.
La Escritura dice:
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Romanos 12:21
Esta hermosa Palabra del Señor nos invita a luchar hasta vencer, no sólo luchar por luchar, ni luchar para que los demás nos vean, sino luchar para obtener el premio que es fruto del esfuerzo. Amado hermano y amigo ¡toma la decisión! cambia tu rumbo a través de la Palabra de Dios, la fe en Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo. Sólo tomando la decisión de no ser vencido por lo malo de este mundo, lograrás ser realmente un vencedor. Para Dios no hay obstáculos. Con Él todo es posible. Lucas 1:37 ¡Entrega tu vida a Él y vencerás! Dios te bendiga
¡Cristo Viene!
