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¡Sincérate!

Tómate un minuto, respira y reflexiona, ¿Qué estás haciendo? ¿Estás en el Camino correcto? Aunque parezca un poco repetitivo lo anterior, es clave hacernos estas preguntas más de una vez para reconocer qué estamos haciendo con nuestras vidas y cómo lo estamos haciendo.


Lamentablemente, en muchas ocasiones llevamos un ritmo frenético en nuestras vidas y todo parece que se aclarará después… Para después dejamos muchas cosas, pero a veces el tiempo pasa y lo importante se ve opacado por lo urgente y así transcurren muchos años.

Lo cierto, lo verdaderamente cierto, es que todos estaremos un día delante de la presencia de Dios. Daremos cuenta por nuestras obras, seremos juzgados por si aceptamos o no el regalo de Dios, la Salvación de Nuestro Señor Jesucristo y esto determinará nuestra estancia eterna en el cielo o el infierno.


Así lo confirma la Santa Palabra de Dios:


Porque escrito está:

Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.

Romanos 14:11

Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:10-11

De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

Romanos 14:12

El que en él (Jesucristo) cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3:18


Con tales afirmaciones que evidencian la verdad de lo que queremos transmitirte, te invitamos a que de una vez por todas le des un espacio en tu mente y en tu corazón al Señor Jesús. Será la bendición más grande de tu vida, y por toda la eternidad. ¡Da el paso de fe! ¡Acepta al Señor!


Dios te bendiga

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